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Libros historicos (página 2)




Enviado por joel ching Meletz



Partes: 1, 2

Las dos historias que forman el epílogo (caps.
17–21) se localizan muy generalmente en el período
de los jueces, pero no siguen cronológicamente a lo que ha
pasado antes. En ellas el enfoque cambia del pecado de Israel
como un todo a los pecados de los individuos y de las comunidades
que comprende: "cada uno hacía lo que le parecía
recto" (17:6).

La primera historia (Micaías y sus ídolos;
caps. 17–18) trata del caos religioso del período, y
la segunda (el levita y su concubina; caps. 19–21) trata
del caos moral que lo acompañaba. Juntas nos muestran que
Israel estaba más en peligro por su propia decadencia
interna, moral y espiritualmente, que por cualquier ataque
exterior.

La segunda historia en particular muestra cómo
las instituciones que debían haber provisto estabilidad
(el sacerdocio levítico, la hospitalidad y la vida
familiar, los ancianos y la asamblea de los dirigentes de las
tribus) se consideraban ineficaces e incluso positivamente
dañinas, por causa de la bancarrota moral de los
individuos.

El epílogo no nos deja duda que ciertamente no
fue la calidad de su liderazgo o de sus instituciones lo que
sostuvo unido a Israel. La supervivencia de Israel fue un milagro
de la gracia de Dios. El refrán que corre a través
del epílogo ("En aquellos días no había rey
en Israel … ", 17:6; 18:1; 19:1; 21:25) baja la cortina
sobre un período y anticipa otro. Los reyes, como los
jueces, tendrán su lugar en la historia de Israel y
probarán ser útiles en su momento, pero
también fracasarán por la pecaminosidad
humana.

Como lo muestra la historia deuteronómica como un
todo, ninguna institución, por válida que sea,
tiene la llave del futuro de Israel. Es sólo la promesa
continua de Dios a su pueblo la que lo logra: "Porque
él hace doler, pero también venda; él
golpea, pero sus manos sanan"
(Job 5:18).

Libro de
Ruth

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1:1-22 Regreso a
Belén

1:1-7 Se prepara la escena

1:8-18 Decisiones
trascendentales

1:19-22 La llegada a su ciudad

2:1-23 Rut halla
gracia

2:1-3 Conexiones familiares

2:4-17 Bondad inesperada

2:18-23 Noticias y alimentos para
compartir

3:1-18 Fe, resolución y
acción

3:1-6 El plan de Noemí

3:7-15 El encuentro a medianoche

3:16-18 Más razones de aliento para
Noemí

4:1-22 Las nupcias y su
resultado

4:1-12 Arreglos para contraer
matrimonio

4:13-17 Un hijo para
Noemí

4:18-22 Genealogía final

No es difícil explicarse el atractivo de este
breve libro. Ya tiene mucho mérito como un relato bien
narrado, con su simetría de forma y vívida
caracterización, pero, sobre todo, es un libro con
mensaje. Cuando para Noemí la vida ya nada le
prometía y carecía de sentido, Rut, su nuera,
decidió permanecer a su lado en lugar de dejarla que
enfrenta ra sola, anciana y viuda su camino hacia el futuro. La
tragedia en Moab tuvo un final feliz en Belén, y la
lealtad altruista recibió su recompensa. Dios se hizo
cargo de los acontecimientos para dar amor y seguridad a quienes
confiaron en él, mientras que paralelamente iba
entrelazando sus vidas con su propósito para el mundo.
Dios permaneció escondido, no obstante siguió
obrando en los asuntos ordinarios de la vida cotidiana,
cumpliendo sus promesas a su pueblo.

Se han hecho muchos intentos de clasificar al libro de
Rut según las categorías de la literatura europea
moderna. Ha sido considerado como una novela, un idilio y una
novela histórica, todo lo cual implica un elemento
ficticio mayor. En un intento por colocar al libro en un
trasfondo del Medio Oriente otros eruditos han sugerido que tuvo
sus orígenes en la mitología cúltica, pero
no han producido evidencias convincentes de ello. El libro mismo,
con sus palabras introductorias:

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Aconteció en los días en que
gobernaban los jueces,
y su genealogía final que
termina con el rey David, implican eventos históricos y
verificables. Es cierto que trata de una familia común y
no de las hazañas de los grandes, pero sería
extraño que la conexión entre Rut la moabita y el
rey David hubiera sido inventada, porque nada aportaba al
engrandecimiento de éste en Israel.

Aunque el escritor fue laborioso para que su libro fuera
una obra de arte, es evidente que su intención fue que se
aceptara como una narración histórica. Es un relato
verídico, contado magistralmente en el estilo de las
narraciones patriarcales, donde se encuentran algunos de los
mismos temas, como son la hambruna, el exilio y el regreso, la
falta de hijos, por medio de los cuales Dios se da a
conocer.

AUTOR Y FECHA

El libro no ofrece ninguna indicación sobre el
autor. El Talmud (c. 200 a. de J.C.) lo atribuye a
Samuel, pero éste murió antes de que David fuera
rey (1 Sam. 28:3), y el libro implica que el reinado de David era
bien conocido. La referencia al período de los jueces es
como a una era pasada, y la necesidad de explicar la ceremonia
del zapato en 4:7 indica que había pasado algún
tiempo antes de que los acontecimientos fueran volcados a la
escritura.

Los escribas en la corte de Salomón hubieran
tenido acceso a los archivos reales, y el período que vio
el apogeo de la literatura y las artes muy bien puede haber
producido esta joya literaria. Varios eruditos recientes han
detectado una perspectiva femenina en el libro lo cual les ha
sugerido que el autor fuera una mujer.

En una sociedad dominada por los hombres es
significativo que el libro haya sido escrito acerca de dos
mujeres, cuyas iniciativas generaron la acción y cuya fe
fue recompensada. En la providencia de Dios sus vidas aun jugaron
un papel en la preparación de la venida del Sal vador
(Mat. 1:5; Luc. 3:32).

Quien sea que haya escrito el libro estaba en
sintonía con el propósito revelado de Dios de
bendecir a "todas las familias de la tierra" (Gén. 12:3),
y había vivido suficientes años como para reconocer
el obrar de Dios en la vida humana. Pocos escritores han tenido
más éxito que éste en hacer que la bondad
sea atractiva.

Es difícil establecer la fecha en que fue
escrito. Puede ser en cualquier momento entre el reinado de David
(c. 1000 a. de J.C.) y la aceptación del li bro
en el canon de las Escrituras en el siglo II a. de J.C. La fecha
que más se favorece dentro de ese lapso es el
período posexílico, especialmente los siglos V y IV
a. de J.C., cuando el libro pudo haber sido una protesta contra
el nacionalismo cerrado de Esdras y Nehemías.

La presencia de palabras arameas en el heb. se
consideraba como un apoyo a la idea de que fuera escrito en una
fecha posterior, pero estudios más recientes han puesto en
tela de juicio este argumento. El libro no tiene ningún
indicio de que fuera "literatura de protesta", y el estudio del
idioma ha sido utilizado para mostrar que el heb. clásico
utilizado muy posiblemente fuera preexílico (o sea, del
siglo VII a. de J.C., a más tardar).

Parece muy posible que el escritor haya vivido con la
suficiente posteridad a los eventos que registró como para
poder verlos en su justa perspectiva, quizá durante el
reinado de Salomón. Otra posibilidad es que el profeta
Natán haya sido el autor. Este dejó registros del
reinado de David (1 Crón. 29:29), desafió con
valentía la vida personal del rey (2 Sam. 12:1–12),
y aun así estuvo dispuesto a apoyar más adelante a
Betsabé (1 Rey. 1:11–53).

SU LUGAR EN EL CANON

El libro de Rut se valoraba como Escritura tanto en los
círculos judíos como cristianos, y estaba incluido
en las listas oficiales de los libros bíblicos cuando la
iglesia los empezó a compilar en el siglo II d. de J.C.
Las referencias en los Evangelios (Mat. 1:5; Luc. 3:32)
demuestran que cuando fueron escritos, Rut era considerado
autoritativo.

En nuestras Biblias en castellano, Rut aparece
después de Jue., como sucede también en la
traducción de LXX y de la Vulgata. Pero en las Biblias
heb. impresas, Rut aparece en la tercera división, la de
los Escritos, donde es el segundo de cinco rollos que ya para el
siglo VI a. de J.C. eran usados litúrgicamente en la
sinagoga
. El Cantar de los Cantares era el primero porque
se usaba para la Pascua
; Rut se usaba en el
Pentecostés.
El Talmud Babilónico, que data
desde antes del siglo VI, empezaba los Escritos con Rut, seguido
por los Salmos. Otros textos colocan a Rut en primer lugar entre
los cinco rollos porque así corresponde
cronológicamente. Es evidente que al principio se
colocó al libro entre los Escritos y posteriormente fue
transferido a la posición donde corresponde
históricamente, entre Jue. y Samuel.

TEMAS

Una hambruna es la circunstancia que hizo que una
familia israelita emigrara a la tierra extranjera de Moab. La
hambruna era un hecho recurrente en el tiempo de los
patriarcas
, obligando a Jacob y sus hijos a emigrar a Egipto.
Esclavizados y oprimidos, fueron liberados por Dios, un evento
recordado anualmente en la Pascua (Exo. 12:1–29). En el
libro de Rut, ese mismo Dios acudió en auxilio de dos
mujeres necesitadas, demostrando su poder de sacar un bien de una
tristeza, vida de la muerte.

El matrimonio es otro tema central del libro. Era
central en el pensamiento de Noemí. Aunque se consideraba
ella misma demasiado anciana como para casarse, para sus nueras
era una prioridad que les instaba a atender (1:9). El nacimiento
de un nieto daría nuevo impulso a su vida y si, por la
providencia de Dios, éste podía ser aceptado
legalmente como el heredero de Elimelec, su gozo sería
total. Rut, la joven viuda de Moab que había decidido
permanecer junto a su suegra y había abrazado la fe de
Israel, daba por sentado que volver a casarse no sólo era
lo bueno y correcto sino también su deber
específico.

A fin de poder suplir las necesidades de Noemí,
necesitaba un marido que aceptara a Noemí como miembro de
la familia. Por dicha razón su historia tenía que
ser una historia de amor distinta, pero bajo la dirección
de Noemí terminó siendo aun más
extraña y excepcional. Rut podía haberse casado con
un joven soltero de su propia generación, pero eso no
hubiera resuelto el problema que Noemí tenía
respecto a la propiedad de su familia, ni le hubiera dado un
heredero a Elimelec.

Casándose dentro de la familia de su esposo
fallecido, Rut dio seguridad a la vida de Noemí tanto como
a la propia. Su amor altruista era un reflejo del de Dios
por Israel, en quien ella había puesto su
confianza.

Las dos mujeres dominan el relato, pero, Boaz, pariente
cercano de Elimelec, también tenía que estar
dispuesto a asumir nuevas obligaciones. Noemí no
sólo esperaba que se casara con la viuda de Majlón,
pariente de él que había muerto en Moab, sino que
también comprara una propiedad que posiblemente no
terminaría siendo de él. La prescripción
legal favorecía a la familia que había perdido al
ser querido, asegurando que el hijo varón nacido del
matrimonio heredaría la propiedad de Elimelec y
continuaría la línea de éste.

El pariente más cercano a quien Boaz
presentó la proposición la rechazó aduciendo
que pondría en peligro su propia propiedad (4:6). Boaz,
con su gran corazón, aceptó la obligación
familiar, aunque costosa, con el beneplácito total de los
ancianos y los habitantes de Belén, quienes oraron para
que la bendición de Dios prosperara su posición en
la comunidad y diera muchos hijos a Rut.

Al llegar al final de la historia estas oraciones
habían sido contestadas más plenamente de lo que
hubieran podido imaginar ninguno de los involucrados. La
necesidad que Israel sentía de tener un rey se
cumplió después de la muerte de Saúl, a
través de David, nieto de Obed, quien fue el hijo nacido
de Rut y Boaz. David, a pesar de todas sus faltas,
estableció el reino, edificó a Jerusalén e
inspiró las visiones del rey ideal por venir.

Dios tomó el amor y la obediencia de
Noemí, Rut y Boaz y los entretejió en su
propósito eterno de mostrar "misericordia por mil
generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos
"
(Deut. 5:10). Es digno de notar que el Mesías nació
dentro de esta misma familia (Mat. 1:5, 6, 16; Luc.
3:23–31).

Otro tema, implícito en todo lo que hasta
aquí se ha explicado, es cómo Dios ordena
providencialmente la vida humana. El autor de Rut podía
ver parte del propósito de Dios para la historia humana
cumplido en David; el lector cristiano puede hacer caber esa
parte dentro del todo, porque Dios estaba llevando a cabo su plan
de redimir a la humanidad por medio de un descendiente más
grande que el gran David.

El autor de Rut también percibía la mano
de Dios sobre las circunstancias personales de familias e
individuos, animándoles a dar una mi rada retrospectiva a
otros eventos para ir viendo los resultados misteriosos de la
bondad sobreabundante de Dios en sus vidas. Los eventos hablan
por sí mismos. En la vida personal y en la historia Dios
obraba para llevar a cabo su gran propósito

1 y 2
Samuel

INTRODUCCIÓN

En el texto heb., los dos libros de Samuel eran uno
solo. El AT gr. de la antigüedad consideraba a los libros de
Sam. y Rey. como una sola obra histórica,
dividiéndola en cuatro secciones llamadas los "Libros
de los Reinos" (o "Reinados"). La Biblia en latín
conservó esta división, llamando a las cuatro
secciones "Reyes". Desde el siglo XVI, las Biblias hebreas

también han dividido el libro original de Sam. en dos
partes, llamadas 1 y 2 Sam.

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EL TEXTO

Es lamentable que el texto heb. estándar
(masorético) de los libros de Sam. no se haya conservado
bien (ver p. ej.: 1 Sam. 13:1 y sus notas). El texto gr. antiguo
(LXX) muchas veces difiere del heb., y puede ser de mucha ayuda.
Los mss. de Qumrán (Rollos del Mar Muerto) aportan
algunas evidencias útiles adicionales del heb.
Ocasionalmente es posible usar otras traducciones antiguas. Las
notas en la RVA hacen alusión a estas fuentes de
información cuando son importantes (ver p. ej.: 2 Sam.
12:7; 14:4).

METODOS PARA EL ESTUDIO DE LOS LIBROS DE
SAMUEL

La erudición bíblica encuentra tres
problemas básicos en la manera de encarar el estudio de
los libros de Sam. El primero es TEXTUAL. ¿Se debe
seguir el texto heb. estándar, o el de Qumrán u
otras evidencias donde éstos difieren? El segundo es
LITERARIO. ¿Las secciones complejas de Sam. se
basan en diferentes documentos originarios o tradiciones? En
dicho caso, ¿tienen que separarse del texto y ser
considerados individualmente? El tercero es
HISTÓRICO. ¿Los hechos sucedieron
exactamente como aparecen en Sam., o debemos tratar de discernir
entre lo histórico y lo que no lo es? A veces los tres
problemas se dan al mismo tiempo como, p. ej. en el relato de
David y Goliat. En este caso, el texto es mucho más breve
en un importante manuscrito gr. que en el heb., y muchos eruditos
opinan que el texto más breve es el original. El relato
heb. quizá haya utilizado materiales de por lo menos un
documento originario más. De ser así, ¿este
material adicional es o no tan históricamente fidedigno
como los demás?

Para entrar en una explicación detallada de
preguntas técnicas como éstas, deben consultarse
comentarios más extensos
. La RVA por lo general se
sujeta al texto heb. En segundo lugar, el comentario
supone que los relatos deben ser considerados tal como aparecen.
Muchos estudios recientes enfatizan la necesidad de encarar al
material como una unidad, sin negar que los autores
bíblicos se hayan valido de muchas fuentes. En tercer
lugar
, el comentario también trata estos relatos como
históricos. Con esto no se pretende negar que existan
algunos problemas históricos. No obstante, los escritores
bíblicos creían indudablemente que estaban
presentando hechos históricos, y debemos compartir su
forma de pensar si hemos de comprender su propósito y
mensaje.

Para este período en la historia de Israel hay
escasa evidencia externa, pero podemos ofrecer dos
argumentos
para apoyar la exactitud histórica en
general de los libros de Sam. Primero, el contenido en
general, visto panorámicamente tiene sentido y concuerda
bien con el contexto histórico. Por ejemplo, el comienzo
de la monarquía de los israelitas ha de haber sido
inevitablemente difícil y controversial, exactamente como
se lo presenta. Además, las actividades filisteas son
totalmente creíbles. Segundo, las descripciones de
los personajes principales son plausibles. David, en particular,
es presentado realísticamente como un hombre muy
habilidoso y atractivo, pero con algunas debilidades y fallas muy
evidentes. No se lo idealiza, a pesar de ser tratado con
simpatía.

FECHA, AUTOR Y PROPOSITO

El nombre Samuel en el título se refiere al
primer personaje de importancia en los libros, pero no fue
él el autor; su muerte ya se registra en 1 Sam. 25:1. El
autor es desconocido pero no puede haberlos escrito antes de la
muerte de Salomón, hacia fines del siglo X a. de J.C., ya
que 1 Sam. 27:6 demuestra conocimiento de la división del
reino. Por lo general se coincide en que los libros de Sam. no
fueron escritos solos sino que eran parte de toda una secuencia
de libros empezando con Josué y terminando con Reyes.
De ser así, el autor de toda esta obra histórica
los escribió en la época del exilio
babilónico (siglo VI a. de J.C.).
Algunos
versículos, como son 1 Sam. 9:9 y 2 Sam. 13:18, sugieren
que el escritor vivió mucho después de los eventos
que registra. No obstante, éste se valió de muchos
documentos originarios antiguos y auténticos, uno de los
cuales es mencionado por nombre (2 Sam. 1:18).

Al investigar, entonces, el propósito del autor,
tenemos que considerar el propósito de Jos., Jue., Sam.,
Rey. como un todo. Estos libros abarcan la historia de Israel
desde la época de la conquista de Canaán hasta el
exilio. Fue un período de victoria, apogeo, decadencia y
caída. Sobre todo, el autor quería demostrar la
mano de Dios y sus propósitos en todos estos eventos
históricos.
En particular, estos libros son un
comentario sobre la monarquía, institución que
últimamente fracasó y que, no obstante,
estableció la base de la esperanza mesiánica. En
este contexto más amplio, los libros de Sam. tratan de los
dos primeros reyes: Saúl y David.

David fue el rey más grande de Israel y sus
importantes logros se describen en detalle. Pero distaba de ser
perfecto, y por cierto que a su reinado no le faltaron problemas.
Los libros de Sam. explican las dos facetas, y muestran
cómo Dios imponía su voluntad en la historia de
Israel por medio de interactuar con David y otros individuos
importantes. El mensaje es un llamado al arrepentimiento,
al sufrir el pueblo de Dios durante el exilio por sus pecados
cometidos en el pasado. También es un llamado a tener
fe
, con sus recordatorios de la elección de Israel por
parte de Dios, su providencia para su pueblo en todas las edades,
su fidelidad a él y su promesa de un Rey
venidero.

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1 SAMUEL

1:1-7:17 PRIMEROS AÑOS DE
SAMUEL

1:1-3:21 Samuel y Elí

4:1-7:17 Batallas contra los
filisteos

8:1-15:35 Samuel y
Saúl

8:1-12:25 Saúl llega al
trono

13:1-15:35 Guerras y conflictos

16:1-31:13 Saúl y
David

16:1-17:58 David ocupa su lugar en la
corte

18:1-20:42 David y
Jonatán

21:1-26:25 David como fugitivo

27:1-30:31 David en territorio
filisteo

31:1-13 La batalla de Gilboa

2 SAMUEL

1:1-8:18 PRIMEROS AÑOS DEL
REINADO DE DAVID

1:1-4:12 David e Isboset

5:1-25 David adquiere todo el
poder

6:1-7:29 David, el arca y la casa de
Dios

8:1-18 Más victorias

9:1-20:26 El rey David y su
corte

9:1-13 David y Mefiboset

10:1-12:31 Guerra contra Amón y sus
consecuencias

13:1-18:33 David y sus hijos
mayores

19:1-20:26 Regreso de David y
sublevación de Seba

21:1-24:25 Reinado de David:
problemas y perspectivas

21:1-22 Hambruna y guerra

22:1-23:7 Dos salmos de David

23:8-39 Los valientes de David

24:1-17 Censo y plaga

24:18-25 El nuevo altar.

1 y 2
Crónicas

INTRODUCCIÓN

Originalmente los libros de Crón. fueron
sólo un libro y el nombre en heb. era "Los eventos del
día
"; es decir, en el sentido más estricto de
la palabra un "diario" aunque se le debería haber
llamado "anales": los eventos de los años. La LXX,
versión gr. del AT, lo llamó
"Paraleipómenon", el "libro de cosas
omitidas"
ya que a primera vista parecería contar de
nuevo las historias de los libros de Sam. y Rey. añadiendo
alguna información que ellos omiten. Al leerlo más
cuidadosamente nos damos cuenta muy pronto de que el nombre es
inadecuado porque obviamente Crón. hace más que
rellenar los huecos. También excluye mucho de lo que
Sam./Rey. cuentan, y cuando los dos cuentan la misma historia
generalmente lo hacen de forma muy diferente. Al traducir la
Biblia al latín, Jeró nimo dijo que este libro era
de hecho una "crónica de toda la historia sagrada"
y
de allí es de donde proviene el título actual. Tal
como lo indica Jerónimo, no solo cubre el período
que Sam./Rey. relatan sino la historia del AT completa desde
Adán hasta casi la gente del tiempo del mismo
autor.

FECHA Y PATERNIDAD LITERARIA

Después que Ciro, rey de Persia (quien
conquistó Babilonia en 539 a. de J.C.) ascendió al
poder, muchos de los judíos que vivían desterrados
en su territorio regresaron a su propia tierra. Ya que
Crón. más de una vez da por concedido ese hecho,
debe ser obvio que fue escrito después de ese evento.
Muchos han creído que Crón., Esd. y Neh. fueron
todos escritos por la misma persona y que esa persona fue el
mismo Esdras, quien los escribió bastante pronto
después de haber regresado del exilio. Pero también
hay motivos para fechar Crón. más tarde,
probablemente en el siglo IV a. de J.C. Si eso es correcto
entonces no se sabe quién fue el autor. Simplemente se le
llama "el cronista". En todo caso su libro fue escrito
para la comunidad judía que se había establecido
nuevamente en el área alrededor de Jerusalén con un
templo reconstruido y con sacerdotes descendientes de
Aarón (aunque ya sin trono para los reyes de la
descendencia de David dado que ahora formaba parte del Imperio
Persa).

CONTENIDO

Aunque Crón. cubre un período
larguísimo de historia, se concentra en el
período de la monarquía, cuando Israel fue
gobernada por cerca de 450 años por una sucesión de
reyes desde Saúl (c. 1050 a. de J.C.) hasta
Sedequías (c. 600 a. de J.C.). Seguramente
Sam./Rey. fue su fuente de información principal
,
reforzada por otros libros que para nosotros se han perdido. En
lugar de idealizar los eventos que no se encuentran en la
historia más antigua -como algunos han sugerido- es
posible que el cronista esté siguiendo distintos
documentos veraces. En 1 Crón. 1–9 se han compilado
listas de nombres (la mayoría pero no todas de
árboles genealógicos) que unen la historia del
pueblo de Dios desde el principio de los tiempos bíblicos.
Primero Crón. 10–29 cubre el reinado de David, y
2 Crón. 1–10 el de Salomón. 2 Crón.
11–36 trata el linaje real que descendió de
ellos
-o sea los reyes del reino israelita sureño de
Judá- hasta que termina en el exilio en Babilonia.

PROPOSITO

Crón. presenta la historia desde un punto de
vista diferente de Sam./Rey. Las diferencias, los rasgos
característicos de Crón., tienen que ver con la
teología -verdades acerca de Dios y del pueblo de Dios que
le interesan- del cronista. De principio a fin asume que sus
lectores ya saben lo que pasó y su objetivo es interpretar
los hechos.

De estas características, una de las más
obvias es el énfasis en el linaje real de David, y por lo
tanto en el reino ubicado en Jerusalén. (Los reyes que
gobernaron el reino del norte desde 931/30 a. de J.C. en adelante
de por sí no le interesan mucho.) Otro asunto al que le
dedica mucho tiempo y lugar es el templo de Salomón con su
sacerdocio y su culto. Algunos han sugerido que este
interés especial se debía a su deseo de motivar a
sus contemporáneos a dedicarse con todo corazón a
las actividades del "segundo templo", el templo de ellos que
reemplazó al de Salomón pero sin la misma gran
diosidad. Pero cuando nos fijamos en cuán seguido dirige
la atención del lector no sólo al templo de
Salomón (del cual tenían uno equivalente en sus
días), sino también al trono de David (del cual no
tenían equivalente), estamos en camino a comprender el
significado más profundo de su mensaje. No se trata de
celebraciones religiosas ni de estructuras políticas.
El doble énfasis de trono y templo, monarquía y
sacerdocio que da el cronista es relevante en toda época
porque el primero es acerca de cómo Dios gobierna a su
pueblo, y el segundo es acerca de cómo el pueblo se
relaciona con Dios.

Esto a su vez ayuda a explicar la opinión del
cronista sobre el reino dividido. En lo que a nombres respecta,
el norte se llamaba Israel y el sur Judá. Pero el
verdadero "Israel" se refería a todos aquellos para los
cuales la monarquía verdadera se expresaba por medio de
los hijos de David y el sacerdocio verdadero por medio de los
hijos de Aarón.
Esto se refería directamente a
los del sur (al menos que se rebelaran), pero podía
incluir a los del norte igualmente (si volvieran). 2 Crón.
13 es un capítulo clave en este respecto (ver
especialmente vv. 4, 5, 8–12). El cronista por lo tanto
utiliza frecuentemente la frase "todo Israel", habla de la
posibilidad de su reunificación y renovación, y
presenta una imagen de un Israel ideal (no como si fuera una
fotografía de la nación en un momento dado, sino
como un calidoscopio o montaje de vislumbres reunidas de varios
lugares y de diferentes tiempos).

En manera semejante describe una monarquía ideal
en el centro de un Israel ideal en los reinados sucesivos de
David y Salomón. Como ya hemos notado, sus primeros
lectores conocían bien las historias de estos dos hombres,
y sabían cuán humanos eran, incluyendo sus grandes
fracasos y virtudes. Así que nosotros, como los antiguos
lectores, debemos entender que la representación de David
y Salomón que nos da el cronista es el "retrato oficial"
que complementa (y no contradice) al de Sam./Rey. con arrugas y
verrugas mundanas. Nunca es incorrecto, lo que sí es
selectivo. Llama la atención a las características
de sus reinados que nos demuestran algunos aspectos de la manera
corriente en que Dios gobierna las vidas de su gente.

Lo que el cronista anhela para su propia época y
lo que constituye su mensaje para las épocas futuras
incluye todo esto y también tres características
más
. Una es continuidad. Esto se destaca en las
listas de nombres en los primeros nueve capítulos, las
cuales unen al pueblo de Dios a través de las
generaciones; y a nivel más profundo por medio de su
constante interés en principios inalterables. Le
gustaría poder decirnos que no hay motivos por los cuales
(teniendo en cuenta el cambio de algunas circunstancias) los
mismos principios no debían de poder aplicarse en la vida
del pueblo de Dios tanto ahora como en aquel entonces.

Otra característica es lo que algunos llaman
"retribución merecida", lo que significa "si
peco recibiré mi castigo" (aunque también "si
obedezco recibiré bendiciones").
Las Escrituras
reconocen en otras partes, y el cronista también lo hace,
que en la práctica las cosas son más complicadas
que eso, pero este principio de causa y efecto sigue como hecho
básico y fundamental. Una de sus consecuencias es que
siempre existe la esperanza nueva para cada nueva
generación: Para simplificar este aspecto de este
principio también se entiende que "si me arrepiento,
seré perdonado".
El NT simplemente clarifica el
principio. El cristiano, tal como su homólogo en el AT,
descubre que tanto la obediencia como la desobediencia tienen
efectos inevitables; y la persona que no es convertida, por su
parte, recibirá el castigo por el pecado básico de
rechazar a Cristo, y recibirá bendición cuando
obedezca el evangelio.

Finalmente, hay estadísticas sorprendentes del
cronista. Sumas de dinero, el tamaño de los
ejércitos, y cosas por el estilo, muy seguido difieren de
las de Sam./Rey., y frecuentemente son tan grandes que parecen
ser improbables. Muchas de las discrepancias de hecho se pueden
hacer compatibles fácilmente, y puede ser que muchas de
las aparentes exageraciones se deban a malentendidos de palabras
como "miles", que generalmente se refiere a unidades de combate
mucho más pequeñas; o a la clase de errores que uno
comete al copiar documentos como los que nosotros mismos ha cemos
cuando agregamos un cero extra o ponemos la coma en un lugar
equivocado. Pero varias de estas dudas siguen sin
explicación. Es apropiado dejarlas de esa manera, siempre
y cuando recordemos que en otras áreas el cronista era un
escritor muy cuidadoso; que su preocupación con los
principios regulares por los cuales Dios obra en el mundo
sería servida mejor por los hechos verdaderos que por la
ficción; y que tanto él como sus primeros lectores
-quienes conocían bien las historias antiguas (Sam./Rey.)
y que estaban mucho más cerca que nosotros del mundo que
ambas historias describían- obviamente tomaban con mucha
más calma esos asuntos como las cifras que nos parecen
difíciles de aceptar.

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BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1 CRÓNICAS

1:1-9:34 CONEXIONES

1:1-3:24 Conexiones con el pasado

4:1-7:40 Conexiones entre la familia

8:1-9:34 Conexiones entre la corona y el
templo

9:35 -29:30 David

9:35-12:40 Rey y pueblo

13:1-14:17 David en Jerusalén

15:1-17:27 El arca del pacto

18:1-20:8 Israel entre las naciones

21:1-22:19 La casa de Dios

23:1-27:34 Organización del templo y el
reino

28:1-29:30 La sucesión

2 CRÓNICAS

1:1-9:31 SALOMÓN

1:1-2:18 Se establece a Salomón

3:1-5:14 La construcción del templo

6:1-7:22 La ceremonia de dedicación

8:1-9:31 El esplendor de Salomón

10:1-36:23 Los reyes

10:1-12:16 Roboam

13:1-14:1 Abías

14:2-16:14 Asa

17:1-21:1 Josafat

21:2-20 Joram

22:1-9 Ocozías

22:10-23:21 Atalía

24:1-27 Joás

25:1-28 Amasías

26:1-23 Uzías

27:1-9 Jotam

28:1-27 Acaz

29:1-32:33 Ezequías

33:1-20 Manasés

33:21-25 Amón

34:1-35:27 Josías

36:1-23 Los últimos reyes.

Esdras y
Nehemías

INTRODUCCIÓN

Aunque los libros de Esd. y Neh. aparecen como dos obras
separadas en nuestra Biblia, originalmente eran una obra en
dos partes y esas partes se deben estudiar juntas
. No
sólo la antigua tradición judía es muy clara
en este respecto (probablemente la división en dos libros
fue una innovación de la iglesia cristiana), pero lo que
es más importante es que el contenido de los libros mismos
demuestra ese hecho. Especialmente la segunda parte de Neh.
sirve como el clímax de todo lo que ha pasado
anteriormente,
incluyendo la obra de Esdras, como su
presencia e importancia en Neh. 8 lo prueba. Aunque Neh. 1:1
obviamente comienza una nueva sección de la obra, no marca
un cambio más drástico en la narrativa que el de
Esd. 7:1 en donde se presenta al mismo Esdras. Lo que no es tan
seguro es si se deberían considerar estos libros como
parte integral de la obra del autor de los libros de Crón.
Obviamente sirven de continuación a su narrativa, como lo
muestra la repetición del final de Crón. en los
primeros versículos de Esd., pero eso de por sí no
demanda que sea el mismo autor. Ambas obras parecen estar
interesadas en varios de los mismos temas, notablemente la
atención que le dan a la obra y al personal del templo de
Jerusalén. Pero dado que ambos son productos de una
comunidad relativamente pequeña que por su parte estaba
dominada por el templo, tales elementos en común no
deberían sorprendernos. Los eruditos en la materia
difieren sobre este punto. Afortunadamente no hay muchos lugares
donde la decisión hace mucha diferencia para la
interpretación de Esd. o Neh. Por lo tanto, estos libros
serán considerados en esta sección sin referirnos
más a los libros de Crón. de aquí en
adelante.

LA SITUACIÓN HISTORICA

Dado que los libros de Esd. y Neh. llevan la forma de
una narrativa histórica, tenemos que saber algo de su
situación y del transcurso de los eventos a los cuales se
refieren para que podamos comprender la contribución que
hacen al desarrollo del resto de la historia
bíblica.

Los libros de Rey. cuentan la larga historia de los
reinos de Israel y Judá. La existencia por separado de
Israel llegó a su fin en 722 a. de J.C. cuando los asirios
finalmente incorporaron el país al resto del Imperio (2
Rey. 17). Por los siguientes 150 años el pequeño
reino de Judá con el descendiente de David como rey y con
su capital en Jerusalén, continuó existiendo como
nación individual con experiencias mixtas. Sin embargo, es
importante recordar que todo lo que sabemos del pasado de Israel
debe haber llegado hasta nuestros días por este
medio.

En 587 a. de J.C. Judá sufrió la misma
ruina que su vecino del norte, Israel, aunque en su caso por mano
de los babilonios que, en el transcurso del tiempo, sustituyeron
a los asirios como el Imperio mundial dominante en esos
días. Sería difícil exagerar el trastorno
radical que causó la conquista babilónica. Muchas
personas, particularmente los líderes y las clases en el
poder, fueron deportados a Babilonia. El templo que por tanto
tiempo había permanecido como el punto focal de la
religión y la unidad del pueblo fue arrasado por completo
y todos sus artículos de valor transportados al templo de
los victoriosos babilonios. El rey también fue qui tado (2
Rey. 25:7) tal como pasó con sus antepasados (2 Rey.
24:15), de modo que la monarquía que desde la época
de David había representado la esperanza del pueblo (2
Sam. 7) sencillamente dejó de existir. El país
mismo parece haberse convertido nada más que en una
provincia bastante remota del Imperio Babilónico. Con este
desmantelamiento al por mayor de todas las instituciones
más importantes del país, a muchos les debe haber
parecido que Judá (y con él la religión de
la cual eran los únicos testigos) había sido
relegada a las páginas de la historia, la misma clase de
suerte que varias naciones vecinas sufrieron al mismo tiempo. El
li bro de Lam. capta esta escena de impotencia y de
desesperación.

No sabemos lo suficiente acerca de la situación
en Judá o Babilonia durante los siguientes 50 años,
o sea el período comúnmente conocido como el
exilio. Lo que sí esta claro, sin embargo, es que entre
los deportados hubo algunos quienes no sólo elaboraron una
estrategia para sobrevivir física y socialmente sino que
también (y esto es lo más importante) pudieron
darse cuenta de que Dios todavía tenía algo en
mente para ellos. Verdaderamente ser capaz de apreciar que esos
eventos catastróficos eran de parte de Dios y no quedaban
fuera de su control fue un avance teológico de grandes
proporciones. Al estar conscientes de eso y al tratar de aprender
las lecciones dolorosas que podía enseñar, al menos
algunos miembros de la comunidad cautiva aprendieron a leer, a
conservar y finalmente a añadir a las escrituras sagradas
desde el punto de vista de su nueva perspectiva.

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El año 538 a. de J.C., el momento en que comienza
el libro de Esd., proclamó un tremendo cambio no
sólo en las condiciones de la comunidad judía en el
exilio sino en toda la historia del antiguo Cercano Oriente. Ciro
el persa, quien en poco tiempo se había hecho con el poder
en su patria y había comenzado una serie de conquistas
extensas en los últimos años, entró en
Babilonia triunfalmente y de allí en adelante fue
considerado el soberano indiscutible de todo lo que previamente
era el Imperio Babilónico. El Imperio Persa que él
estableció fue la potencia mundial principal los dos
siguientes siglos más o menos. En diferentes
períodos sus reyes controlaban un área que se
extendía desde Egipto hasta la India. Por supuesto,
también tuvieron sus vicisitudes. Hubo períodos de
gran inquietud y rebelión interna; Egipto de ningún
modo estuvo bajo control todo el tiempo y algunos de los
conflictos con las potencias vecinas como Grecia han llegado a
ser legendarios. Tampoco fue ron todos los reyes persas tan
capaces como Ciro, Darío y Artajerjes, los tres reyes
acerca de quienes se oye más en los libros de Esd. y
Neh.

A pesar de esto, dos puntos importantes emergen que se
deben mantener en mente. Primero, para los persas el territorio
de Judá era más importante de lo que uno se
imaginaría debido a su posición estratégica
cerca de la frontera tumultuosa de Egipto. Les preocupaba mucho
asegurarse de que esta área se mantuviese fiel al Imperio.
Y segundo, cuando les convenía hacerlo, los persas
tenían la práctica de ganarse esa clase de
fidelidad al concederles a los pueblos subyugados un nivel de
autonomía local en asuntos religiosos y legales. Por
supuesto, cuando les convenía, podían ser tan
tiránicos y crueles como los asirios o los babilonios;
pero junto a esto, la política más liberal de
repatriar a pueblos ocupaba su lugar en el método de
gobierno que tenían, como lo ilustra el libro de
Esd.

Como veremos muy pronto, los autores bíblicos no
se centran en estos asuntos más amplios. Sin embargo,
éstos influencian mucho la actitud que tienen sobre las
políticas internacionales y, lo que quizá sea
más significativo, estas políticas proveen el marco
dentro del cual actúan los personajes de los cuales
escriben. La realidad de la situación los obliga a hacer y
a esperar lo que sea más práctico, de modo que al
leer no debemos buscar lo que no hubiera sido razonable para
ellos en aquellos días. Conseguir independencia para la
nación en el mejor de los casos sólo hubiese sido
un sueño remoto. Lo que se necesitaba en esos momentos era
encontrar la manera de adaptar las verdades y normas religiosas,
establecidas en el pasado y en circunstancias muy distintas, a la
nueva situación de una comunidad religiosa pequeña
viviendo bajo la sombra de una de las potencias mundiales
más importantes.

ESCENARIO

Dada la situación histórica,
¿dónde encajan los libros de Esd. y Neh.? Esta
pregunta no es tan fácil de contestar, como uno se
imaginaría, por varias razones.

Como es el caso con muchos de los libros
bíblicos, es necesario mantener en mente dos niveles
diferentes. Primero, es obvio que existen los eventos al
nivel que se describen, y este es el más directo de los
dos métodos. La mayor parte de la información
necesaria para entender esto se encontrará en los puntos
relevantes del comentario que sigue. Un punto que no
recibirá comentario, en todo caso, es la fecha cuando
Esdras viajó a Jerusalén. Según Esd. 7:7
esto ocurrió en el séptimo mes del rey Artajerjes
pero hubo tres reyes con el mismo nombre y la historia no hace
ninguna distinción. Ya que la historia de Esd. se cuenta
antes de la de Neh. generalmente se supone que fue Artajerejes I,
de modo que la fecha en cuestión sería 458
a. de J.C. Hay que avisar al lector, sin embargo, que varios
eruditos prefieren las fechas de Artajerjes II (poniendo a Esdras
en 398 a. de J.C.) y que Esdras fue a Jerusalén
después de Nehemías. Esta opinión,
que se puede encontrar en otros comentarios, obviamente requiere
que se arregle mucho material a este nivel histórico
elemental. En todo caso, no es tan popular ahora como
solía serlo, y no es lo que este comentario
asume.

En segundo lugar, siempre vale la pena, al leer
libros históricos, preguntarse acerca del escenario y el
propósito del autor o del redactor que compiló la
obra en su forma actual. Obviamente esto ocurrió
más tarde, en algunos casos mucho más tarde, que
los eventos que se describen. Por ejemplo, al leer los Evangelios
lo normal es investigar el énfasis de cada uno de los
evangelistas, y lo que ayuda es el hecho de que podemos comparar
la presentación de uno con la de los otros. Podemos
observar lo que se ha incluido u omitido, dónde difiere el
orden de la presentación y otros elementos por el estilo.
Uno quiere saber lo que cada autor enseña acerca de
Jesús mismo y por qué lo ha hecho en la manera
peculiar.

En principio lo mismo es cierto de Esd. y Neh. Es obvio
que el autor ha utilizado diferentes documentos y que no ha
utilizado todo el material que ellos le ofrecían.
Asimismo, observaremos en el comentario varios lugares donde ha
arreglado el material a su propia manera por sus propias razones.
El estudio de estos asuntos nos ayuda a ver lo que el autor
quería hacer destacar más a sus
lectores.

Esto, sin embargo, es lo que da lugar a otros problemas,
especialmente el hecho de que no hay modo seguro de determinar
con exactitud cuándo escribió el autor y por lo
tanto para quién escribía. Una opinión muy
probable es que los relatos de la obra de Esdras y
Nehemías (o sea, más o menos Esd. 7-Neh. 13) fueron
combinados alrededor del 400 a. de J.C. y que Esd. 1–6 fue
añadido un siglo más tarde creando los libros en la
forma actual. Si eso es correcto, entonces, un posible
interés de los primeros capítulos p. ej.
sería la legitimidad de la forma de expresión del
culto en la comunidad judía en presencia de afirmaciones
rivales, especialmente el crecimiento del grupo que llegamos a
conocer más tarde como los samaritanos. Observamos
entonces que la restauración del templo se presenta como
la verdadera línea de continuidad con las formas del culto
israelita antiguo y como la comunidad establece su sentido de
identidad en presencia de afirmaciones rivales. De esto se pueden
aprender lecciones útiles para hoy en lugares donde la
iglesia también se esfuerza para mantener su verdadera
identidad en un ambiente hostil, especialmente porque los eventos
que son la fundación de nuestra fe ocurrieron hace tanto
tiempo.

ALGUNOS DE LOS TEMAS PRINCIPALES

Es posible, dadas estas consideraciones, escoger varios
temas que corren por ambos libros. La razón para
mencionarlos aquí no es para poder decir todo lo que los
libros enseñan acerca de estos asuntos, sino hacer
preguntas que uno pueda tener en mente al leer el texto
mismo.

Concepto teológico de la
historia

La primera observación que notamos es que estos
libros son muy selectivos en lo que escogen para contarnos. La
frase "pasadas estas cosas" en Esd. 7:1, p. ej. cubre un
período de más de 50 años.
Las
actividades de Esdras mayormente ocupan un período de 12
meses, y de la obra de Nehemías no sabemos nada de lo que
pasa durante los 12 años entre su primer año de
actividad intensa y su segundo período de gobernador
más de 12 años más tarde. Asimismo, las
citas en Neh. 12:26 y 47 parecen que unen directamente a la
generación de los que regresaron primero a la obra de los
reformadores que vinieron dos o más generaciones
más tarde.

Claramente, ésta no es una historia
científica moderna. Por lo contrario, el período
que se cubre está considerado del punto de vista del
completo control de Dios sobre el proceso y por medio del cual su
pueblo fue primeramente restablecido y luego reformado sobre la
tierra. Solo son incluidas las cosas que contribuyeron a eso.
Nosotros también necesitamos alzar los ojos de los
acontecimientos mundanos de todos los días, los cuales a
veces resultan desalentadores, para poder discernir los
propósitos mayores de Dios en la vida y mundo nuestros.
Teniendo esa vista más amplia enfrente, aprendemos a
apreciar más la contribución que cada uno de
nosotros hacemos.

Continuidad

Dadas las desconcertantes circunstancias del exilio ya
mencionadas, era muy importante para los que regresaban a
Jerusalén y para los que venían detrás de
ellos asegurarse de que seguían la misma fe que sus
antepasados. ¿Podían seguir confiando en las mismas
promesas que encontramos en los libros más antiguos del
AT? ¿Podían depender en que Dios les ayudara y
guiara como lo había hecho en las generaciones pasadas? Ya
que su situación era tan diferente de la que los
precedió, ¿tenían derecho aún de
llamarse el pueblo de Israel? En el comentario se dan muchos
ejemplos de la atención que el autor presta a estos temas,
y sin duda hay muchos otros que todavía se podrán
descubrir. La manera en que se describe el regreso del exilio, el
proceso de reconstrucción del templo, la manera en que fue
amueblado, y las personas que ministraron allí, todos
estos fueron los medios por los cuales el autor quiso
tranquilizar a los lectores y darles un sentido de
orientación religiosa.

Quizá lo más importante de todo fue la
atención que le dio al libro de la Ley, la ley de
Moisés (utiliza varios títulos diferentes, pero
todos se refieren a lo mismo). Por supuesto, gran parte de la
ley, que llamamos el Pentateuco (de Gén. a Deut.), fue
escrita por un pueblo que vivió en distintas condiciones:
Eran una nación soberana y podían controlar todos
sus propios asuntos internos. Tal vez por esa misma razón
muchos llegaron a considerarla como palabra muerta. La
contribución especial de Esdras, como veremos, fue
desarrollar métodos de interpretación que les
enseñasen a obtener los principios fundamentales de las
Escrituras para que los pudiesen aplicar de nuevo en sus propios
días, algo que es tan necesario que nosotros hagamos como
lo fue para ellos. La adherencia a las enseñanzas de este
libro (el cual, por supuesto, tiene tanto de la gracia y
salvación de Dios y del carácter de la fe como de
la "ley" definida estrictamente) les permitió obtener los
medios principales de acceso al conocimiento de Dios, como
también lo hace para nosotros. Esto es lo más
importante para establecer continuidad con la fe de los que nos
precedieron.

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El Imperio Persa en el siglo V a.
de J.C.

El progreso de la restauración

Las primeras tres secciones principales de los libros
(Esd. 1–6; 7–10; Neh. 1–7) siguen el mismo
modelo
: Se concede permiso a una persona o a un grupo para
regresar a Jerusalén desde Babilonia para realizar una
tarea específica; al ponerse a hacerla se encuentran con
oposición de una clase u otra, pero finalmente la superan
para completar al menos la parte principal de la tarea. Este
modelo a su vez sirve para animarnos a tener paciencia y ser
fieles y al mismo tiempo nos advierte que no nos desviemos por
culpa de problemas externos.

La última parte de la obra (Neh. 8–13), sin
embargo, es bastante difícil. Al centro de ella se
encuentra la lectura de la ley, seguida por la confesión y
el compromiso de obedecer la ley de Dios (Neh. 8–10). Pero
pronto, a pesar de la celebración por lo que se ha logrado
(Neh. 12:27–43), leemos de los intentos, no siempre
exitosos, de trasladar los valores de ese gran evento a la rutina
más monótona que invariablemente los sigue. De esto
hacemos dos observaciones. Primera, la "renovación del
compromiso
" de Neh. 8–10 está ubicada firmemente
como el clímax de la obra de Dios por medio de los
reformadores y no como condición de ella. Los lectores
futuros podrán aprender que la obediencia fiel que se les
requiere no es un medio para ganar el favor de Dios sino que
representa la acción en respuesta a la manera en que Dios
ha restaurado y transformado la existencia de su comunidad.
Segunda, el pueblo de Dios no puede suponer que se le
puede mantener para siempre en un alto plano de emoción
espiritual. En verdad esos momentos pierden su valor si no se les
convierte en una vida de fidelidad y obediencia regular y
cotidiana inclusive en asuntos tan "mundanos" como las
contribuciones financieras para el servicio de Dios. La manera
medio desalentadora en que termina el libro en Neh. 13 sugiere
que, sin ayuda, ésta es verdaderamente la parte más
difícil del mensaje del libro.

Relaciones

Casi en todas partes (Neh. 9:32–37 es la
única mayor excepción) los libros pintan a los
reyes persas en una luz positiva. Desde el primer
versículo de Esd., donde Ciro reacciona en respuesta al
impulso de Dios, pasando por la confirmación por parte de
Darío del permiso para reconstruir el templo (Esd.
6:6–12; ver el v. 14) y la encomienda de Esdras por
Artajerjes (Esd. 7:12–26) y su apoyo de Nehemías
(Neh. 2:6), estos reyes son los agentes humanos principales de la
voluntad divina a nivel oficial. En contraste, la importancia
política de los actores principales judíos
recibe muy poca atención. Al seguir el rastro de este
tema, se hace claro que el autor trataba de dar un bosquejo del
programa que fuese fiel a la realidad y, por otra parte,
insistió en las lecciones de lo que significa ser fiel
bajo estas circunstancias. Ya que las autoridades dominantes
tenían buena disposición hacia los judíos,
se debían concentrar en las oportunidades que Dios les
daba de servir en vez de perturbar las cosas tratando de hacer
cambios radicales en el statu quo. Solo el final de Neh. 9 sirve
para recordar que lo bueno que Dios desea todavía queda
por venir.

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En cambio, a las autoridades de los países
vecinos se les proyecta de modo uniforme en una luz negativa, con
Sambalat siendo el peor de todos, aunque de ninguna manera el
único. Y aquí, la amenaza es muy seria ya que estos
vecinos compartían hasta cierto punto los valores
religiosos de los judíos mismos (ver, por ej. Esd.
4:1–3). No se necesita dudar de que haya un tono lleno de
disculpas en la manera resuelta en que se describe el tratamiento
de esta oposición. Para muchas personas este es uno de los
aspectos menos atractivos de estos libros, especialmente cuando
parte de la solución a los problemas incluye disolver los
matrimonios mixtos (Esd. 9–10; Neh. 13:23–28). Nueva
mente en estos pasajes es necesario mantener en mente las
circunstancias que los judíos enfrentaban y no tratar de
evitar el problema al darle una respuesta "espiritual". La pureza
de su religión era vital para la continuidad de la
comunidad y por eso el legado que nos deja es que en este
período formativo no debía haber término
medio ni en su posición legal bajo la ley persa ni en la
integridad de su auto identidad. (Además, se debe recordar
que estaban dispuestos a recibir a toda persona que quisiese
unirse a ellos con sinceridad; cf. Esd. 6:21.) Hay
veces, y sin duda ésta era una de esas, cuando hay que
darle prioridad a la pureza de las cualidades de "luz" y de "sal"
del pueblo de Dios para que no se disuelvan completamente y el
testimonio del amor y gracia salvífica de Dios se pierda
de vista completamente.

Estos son algunos de los temas característicos de
estos libros que pueden servirnos de orientación para
leerlos inteligentemente. Por supuesto, esto no es como para
negar que haya otras observaciones que nos llamarán la
atención. Entre otras cosas mencionaremos la
soberanía característica de Dios
, especialmente
teniendo en cuenta la situación política en la que
se encuentran estos libros en comparación con los libros
más antiguos de historia del AT, la naturaleza y
práctica de la oración, también los rasgos
de los actores principales, las cualidades del liderazgo que
ejemplifican, etc.
En todo caso, es obvio que hay mucho de
valor eterno que se puede aprender al estudiar estos libros
frecuentemente malentendidos.

ESDRAS

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1:1-6:22 El regreso del exilio y la
reconstrucción del templo

1:1-11 Ciro manda el regreso de los exiliados y de los
utensilios del templo

2:1-70 La lista de los exiliados que
regresaron

3:1-4:5 La restauración del culto

4:6-24 La oposición abierta

5:1-6:22 La reconstrucción del templo

7:1-10:44 Esdras

7:1-10 Introducción de Esdras

7:11-28 La comisión de Esdras

8:1-36 El viaje de Esdras a Jerusalén

9:1-15 Informe de matrimonios mixtos y la
confesión de Esdras

10:1-44 Se resuelve el problema de los matrimonios
mixtos.

NEHEMIAS

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1:1-7:73 Nehemías restaura los muros de
Jerusalén

1:1-11 La vocación de Nehemías

2:1-20 Nehemías llega a
Jerusalén

3:1-32 La reconstrucción de los muros

4:1-23 Más oposición

5:1-19 Problemas sociales y económicos

6:1-19 Se completa el muro a pesar de amenazas
personales

7:1-73 La necesidad de repoblar
Jerusalén

8:1-10:39 La renovación del
pacto

8:1-18 La lectura de la ley

9:1-37 La confesión

9:38-10:39 La promesa de obedecer la ley

11:1-13:31 Consolidación

11:1-20 Los nuevos habitantes de
Jerusalén

11:21-12:26 Listas suplementarias

12:27-13:3 La dedicación del muro y su
secuela

13:4-31 Reformas finales

Ester

INTRODUCCIÓN

Ester, tal como Esdras y Nehemías, vivió
durante el período cuando los persas dominaron todo el
oeste de Asia y Egipto e impusieron un alto grado de
organización en su vasto imperio. Ciro, gran constructor
del imperio, había permitido que los judíos
exiliados volvieran a Jerusalén desde Babilonia en 539 a.
de J.C. (Esd. 1:1–4), y de allí en adelante los
exiliados volvieron a reconstruir, primero sus hogares,
después el templo y más adelante, bajo
Nehemías, la muralla de Jerusalén. Eran una
minoría, y muchos judíos permanecieron en
Babilonia, se desparramaron por toda el área que ahora
conocemos como Irán e Irak (vea el mapa en la pág.
445).

En los tiempos de Ester, Susa, la ciudad real persa (la
moderna Shush en el sudoeste de Irán), disfrutaba
de su apogeo bajo el rey Jerjes, conocido en heb. como
Asuero,
quien llegó al trono en 486 a. de J.C. El
disfrutó de los edificios lujosos construidos durante el
reinado de su padre Darío (521–486). Poco queda de
ellos, pero los musulmanes chiítas visitan la aldea para
venerar la supuesta tumba del profeta Daniel. Excavaciones
arqueológicas a mediados del siglo XIX de la antigua
ciudad identificaron las características principales del
palacio, incluyendo el salón del trono, el harén y
el "patio de los jardines" mencionado en 1:5.

El libro de Est. cuenta del favorito del rey Jerjes, el
cortesano Amán, quien odiaba a un judío llamado
Mardoqueo. Por esta razón tramó matar a todos los
judíos que vivían dentro del Imperio Persa. Tal era
la extensión del Imperio en aquel tiempo que
prácticamente toda la raza hubiera sido aniquilada si
él lo hubiera logrado. La intervención providencial
vino a través de Ester, la joven judía que
había sido elegida por el monarca para ser su reina. Las
circunstancias resultaron en que Amán se convirtió
en la víctima de su propia trama, mientras que los
judíos lograron escapar. Los enemigos fueron eliminados y
Mardoqueo reemplazó a Amán como la mano derecha del
rey.

Este cambio extraordinario de funciones proveyó
al narrador un tema cautivante. Para los judíos, cuya
historia iba a incluir muchos incidentes trágicos, el
libro se convirtió en una fuente de esperanza, y los
eventos que relata son celebrados anualmente en la fiesta de
Purim. A lo largo de los siglos la lectura pública de este
libro en ocasión de Purim ha mantenido vi vas las
expectaciones nacionalistas. Aun hoy, cada vez que se menciona el
nombre de Amán en la liturgia de Purim, las congregaciones
responden con estrepitosos golpes, exclamaciones y taconazos, y
comen "sombreros de Amán" (tortas triangulares) durante
las celebraciones. No es de sorprender que el judío
común conozca mejor la historia de Ester que cualquier
otra sección del AT.

EL LIBRO DE ESTER EN LA HISTORIA
CRISTIANA

Este es uno de los libros de la Biblia que a menudo es
ignorado por los cristianos. En los primeros siglos del
cristianismo era mejor conocido en las versiones griegas. A
éstas se habían agregado pasajes adicionales, los
cuales tenían el efecto de fomentar la hostilidad hacia
los gentiles y mantener a los judíos aislados, mientras
que los cristianos estaban tratando de integrar a los creyentes
tanto de origen judío como gentil. Es comprensible, por lo
tanto, que los cristianos no hicieran uso del libro en la forma
como lo recibieron porque iba en contra de sus
propósitos.

Frecuentemente se señala que el nombre de Dios no
es mencionado en el libro de Ester. Una reacción
superficial a esta omisión es poner en duda la
inclusión de este libro en la Biblia. Los grandes
expositores de la Reforma, Lutero y Calvino, no dejaron
comentarios sobre Ester, y aquellos que escriben sobre la
historia del período del AT raramente se refieren a este
libro. Debido a que aduce ser un informe real de los sucesos
tiende a ser tomado con escepticismo. ¿Por qué
entonces deben los cristianos estudiarlo en la
actualidad?

En la práctica, la mayoría de los
cristianos acepta el libro porque está encuadernado junto
con los otros 65 libros que completan la Biblia. Merece nuestra
atención porque está allí, y es parte de
nuestro patrimonio. Históricamente ayuda a completar la
escena de la vida después del exilio de los judíos
de la dispersión durante el siglo V a. de J.C., y explica
los orígenes de una de las festividades que los
judíos han observado anualmente desde los tiempos previos
al cristianismo hasta ahora. Cualquiera que desee comprender la
cultura de nuestros vecinos los judíos querrá leer
este informe de los orígenes de la fiesta de
Purim.

Estas, sin embargo, son más bien razones
educacionales en vez de personales, y aunque son importantes, no
necesariamente satisfacen el deseo de los lectores de encontrar
una luz para su camino y para el entendimiento de
Dios.

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¿Realmente, puede el libro tener una
teología dado que omite el nombre de Dios?

LA TEOLOGIA EN ESTER

Est. es un libro de deducciones teológicas y no
de declaraciones explícitas. Habla de ayuno, pero no de la
oración que siempre acompañaba al ayuno, y tampoco
menciona las respuestas a la oración que son claramente
parte de la historia. Además, cuando Mardoqueo
desafió a Ester a rescatar a su pueblo, le dijo que si
ella no actuaba, el alivio y la liberación de los
judíos surgirían "de otro lugar", dando a
entender que seguramente Dios liberaría a su pueblo. La fe
en Dios puede estar implícita en la gente que, por
cualquier razón, casi nunca da a conocer su fe.

La vida en Persia bajo el reinado del rey Jerjes era
opresiva para los grupos minoritarios como los judíos y,
según el escritor de Est., peligrosa. Puede parecer
improbable que un soberano decretara por capricho la
ejecución de un pueblo entero, como lo hizo Jerjes
(3:9–11), pero Heródoto, historiador de esa
época, confirma que Jerjes era cruel y déspota
hacia su propia familia, cuánto más con los
extranjeros. El autor, consciente de la necesidad de ser
diplomático por temor a que la historia se volviera a
repetir y la vida de su gente fuera puesta en peligro otra vez,
fue cuidadoso en basarse en los hechos y en ser objetivo,
evitando referencias a la ayuda sobrenatural. De todas maneras,
encontró la manera de señalar que Dios estaba
dirigiendo los sucesos. Efectivamente éstos hablaron por
sí mismos; él sólo tuvo que
narrarlos.

El libro describe la vida en la corte persa con toda su
extravagancia. El rey Jerjes gobernaba sobre 127 provincias,
pero no logró gobernar a su esposa, Vasti.
Quizá el autor se expresó con cierta ironía
cuando terminó el primer episodio con el decreto del rey
que decía que "todo hombre fuese señor en su casa".
La pregunta implícita, ¿dónde descansa
finalmente la autoridad?, genera un interrogante
teológico.

Amán hizo un intento ambicioso por ganar el poder
y logró obtenerlo al principio, sólo que Mardoqueo
el judío no se arrodilló ante él.
Amán deseaba usar su autoridad y su influencia con el rey
para eliminar no solamente a Mardoqueo, sino a toda su raza. Lo
único que se necesitaba era un decreto sellado con el
anillo real para llevar adelante la trama. Solamente tenía
que asegurarse de una cosa: La fecha necesitaba ser oportuna, si
no el destino podría frustrar su plan. El autor enfrenta
al destino contra la autoridad del que era adorado por el pueblo
judío.

La idea de un destino predeterminado, operando en todos
los aspectos de la vida, desde el del individuo hasta las
decisiones de los gobernantes de una nación, era muy
difundida y persistente. Un dado perteneciente al reinado de
Salmanasar (858–824 a. de J.C.) queda como un recordatorio
de que el primer día del año nuevo se echaban
suertes sobre el calendario del año para determinar las
fechas favorables. Este dado lleva la inscripción
pur, que confirma el significado de la palabra
purim dada en 9:24. La gente de estas tierras en el
Cercano Oriente no solamente creía en el destino, sino que
también practicaba lo que creía. ¿Qué
sucede cuando los que creen en el Dios creador habitan entre los
que viven de acuerdo con el destino? El escritor de Est. espera
que sus lectores observen y tomen nota.

No todo en el desarrollo de la situación
podría ser atribuido directamente a Dios, porque cada uno
de los personajes principales tomó iniciativas. Mardoqueo
inscribió a su protegida, Ester, en el concurso de
selección, esperando que fuera elegida como la nueva
reina. Solamente después de que fue reina la ventaja de su
posición proveyó la oportunidad para que ella
registrara la lealtad de Mardoqueo en los anales del rey y
desacreditara a Amán ante el rey. Mardoqueo no
podría haber imaginado que se presentaría tal
necesidad. Ester, por su parte, tuvo que arriesgar su propia vida
para presentar la petición al rey, y usó astucia al
invitar al rey y a Amán a su banquete privado, no
solamente una vez sino dos veces. Ella no tenía manera de
saber cómo iba a terminar el episodio, pero ya que su
acción fue precedida por ayuno (y oración),
evidentemente esperaba que se le presentara una oportunidad para
implorar por la causa de su gente. La iniciativa humana sola no
podría haber provisto las oportunidades necesarias, pero
la providencia divina con la atención humana y la
acción oportuna produjo el final deseado.

En resumen, el libro de Est. apoya fuertemente e
ilustra la doctrina de la providencia divina,
al obrar en un
momento particular de peligro para el pueblo judío que
vivía bajo el dominio persa. La declaración de
Mardoqueo: "¡Y quién sabe si para un tiempo como
éste has llegado al reino!" (4:14), anunciada en el
momento de crisis, conduce al lector a esperar que Ester
intervenga exitosamente, porque la providencia ya había
estado obrando en su selección como reina. Esta
impresión se confirma cuando el rey extendió su
cetro a Ester y recibió su petición. A medida que
los eventos se desarrollan y Amán es ahorcado en su propio
patíbulo, mientras que Mardoqueo es ascendido a una
posición importante, el cambio dramático es tan
inesperado que requiere explicación divina. Hasta personas
de otras nacionalidades llegaron a la misma conclusión
(8:17), haciendo que aceptaran que el Dios que obra justicia para
su pueblo debe ser el verdadero Dios. Ellos, por lo tanto,
declararon su fe en él.

Aunque las implicaciones de la creencia en la
providencia divina son sin duda misteriosas, la soberanía
de Dios afecta a toda su creación, pero especialmente a su
pueblo quien deposita su confianza en él. Jesús
confirmó el cuidado paternal de Dios por la naturaleza
(Mat. 6:26–30), y exhortó a sus seguidores a confiar
en que su Padre provee en cada necesidad. Eso no quería
decir que los desastres iban a ser excluidos. La traición,
el odio y la muer te esperaban a Jesús, y él
advirtió a sus discípulos que podían esperar
lo mismo (Mat. 10:21–25). El dolor y conflicto no cancelan
el cuidado providencial, porque el interés de Dios por los
pajaritos fue declarado al mismo tiempo que "aun vuestros
cabellos están todos contados" (Mat. 10:29–31). En
el libro de Est. la muerte de los judíos fue reemplazada
por la muerte de sus enemigos. Jesús declaró que
él no vino a traer paz, sino espada (Mat. 10:34). La
providencia de Dios abarca su justicia y su amor a medida que
pone orden en los asuntos de este mundo imperfecto, de
aquí el papel que desempeña la espada.

El libro de Est. es para meditar en un intento de
encontrar la relevancia de los valores bíblicos de la vida
en un mundo cada vez más secular. La creencia en un
destino inflexible sobrevive en el día de hoy, como lo
demuestra la popularidad que tienen los horóscopos. Este
libro demuestra que el destino no es inmutable cuando se opone a
los propósitos eternos de Dios.

CARACTERISTICAS LITERARIAS

El libro de Est. es el trabajo de un artista literario
que usa sus dones como el vehículo para expresar sus
convicciones más profundas. El episodio de
introducción describe eficazmente al rey Jerjes como
gobernante de su inmenso dominio pero incapaz de controlar a su
esposa. Implícitamente se plantea una pregunta acerca de
liderazgo y autoridad. El rey designó a Amán como
su primer ministro. Este estaba totalmente absorto en su propia
importancia, presentando de esa forma otro aspecto sobre el
liderazgo. La designación no funcionó bien para el
Imperio porque el rey dejó el poder en las manos de su
ministro, sin preocuparse por averiguar lo que estaba sucediendo.
Todo esto se presenta sin ninguna indicación de
desaprobación. Un concepto de responsabilidad muy
diferente es presentado por Mardoqueo el judío, quien
tomó en cuenta el valor de aquellos que estaban en la
autoridad, salvó al rey de una conspiración de
homicidio y se negó a someterse al engreído
Amán. El contraste entre los dos hombres plantea la
pregunta: ¿Cómo puede prevalecer la justicia
cuando aquellos que hacen el bien no tienen poder?

El contraste entre Amán y Mardoqueo se
acentúa más a medida que cada uno sigue su propia
estrategia. Mardoqueo ayunó y lamentó mientras que
el rey y Amán se sentaron a beber (3:15; 4:1). Mardoqueo
manifestó su fe (4:14), mientras que Amán
encontró satisfacción construyendo una horca para
Mardoqueo (5:14). Así se libró una lucha entra la
vida y la muerte. El momento crucial fue la noche de insomnio del
rey (6:1), cuando le fue recordada su deuda hacia Mardoqueo y se
propuso recompensarlo. Desde este punto comienza un cambio
dramático. Amán se vio forzado a otorgar honores a
Mardoqueo y luego fue colgado en la horca que le había
preparado. Mardoqueo tomó la posición de
Amán al lado del rey, y fue promulgado un nuevo edicto.
Repentinamente la justicia había prevalecido. La amenaza
hecha en contra de los judíos en los primeros cinco
capítulos no se materializó y su fortuna se
invierte en los últimos cinco; por lo tanto la estructura
del libro concuerda con el contenido.

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Esta percepción artística se hace aparente
también en la hábil representación. Tanto
los personajes masculinos como los femeninos son finamente
descritos y actúan consistentemente de acuerdo con su
personalidad. El rey impresionaba a sus súbditos con su
riqueza y no por su interés en asegurar que tuvieran un
gobierno justo. Disfrutaba de sus privilegios, promulgó
nuevas leyes sin pensarlo dos veces y delegó su autoridad
a un príncipe en quien él confiaba absolutamente.
La reina Ester fue en muchas formas la antítesis del rey.
Desde el principio estuvo sujeta a Mardoqueo pero, cuando se
encontraron en peligro, ella fue quien sugirió que todos
los judíos debían ayunar por tres días.
Ester reconoció un poder más grande que el de ella
y encontró fortaleza para tomar la iniciativa. Se
presentó ante el rey con su invitación, pero sin
saber cómo iba a lograr su objetivo. Su
preocupación era por su pueblo y por la justicia. El libro
concluye con el hecho de que el pueblo fue liberado y, bajo
Mardoqueo, prosperado, y se deja al lector meditando sobre el
resultado. ¿Ha estado obrando en esto la providencia
divina?

Tanto Mardoqueo como Ester enfrentaron un conflicto de
lealtades como consecuencia de su fe. Mardoqueo no podía
pretender aceptar el liderazgo corrupto de Amán, y Ester
se arriesgó a desobedecer al rey por el bien de su pueblo.
La desobediencia civil se justifica por la causa mayor. El autor
frecuentemente hace uso de la ironía, llamando la
atención a las fiestas ostentosas del rey, su estupidez en
pasar leyes sin darles la debida atención (1:21, 22) y al
hecho de haber renunciado a su autoridad (3:8–11). El autor
también usa palabras y frases específicas para
llamar la atención a ciertos temas. Las fiestas en el
libro tienen consecuencias terribles, mientras que los ayunos
(4:1–3, 16) obran para bien, al punto de que al final los
judíos mismos ayunan. Este es un ejemplo de cómo el
autor trata de "atar los cabos".

VERDAD O FICCION

Se podría pensar que tales características
artísticas sugieren que el libro debe ser clasificado como
ficción, y algunos eruditos han argumentado que la
narración no es concebible debido a ciertos detalles.
Citan los 180 días de la fiesta del rey (1:4), la negativa
de la reina de estar presente (1:12), el nombramiento de personas
que no eran persas, como Ester y Mardoqueo, a puestos de
importancia en el reino y el permiso del rey para aniquilar a
todo un pueblo. Además, se dice que los personajes se
conforman a ciertos papeles, en vez de actuar como individuos.
Tales juicios, sin embargo, se hacen desde el punto de vista
moderno. En vista de la falta de literatura que haya sobrevivido
a este período en Persia es imposible verificar lo que
pasó o apreciar el relato en su ambiente literario. Los
historiadores han verificado el conocimiento preciso que el autor
tenía de los palacios y costumbres reales de Persia, y
cierta evidencia independiente ha salido a relucir acerca de que
un cierto Marduka (Mardoqueo) que tenía un puesto
de autoridad en Susa, como contador en los primeros años
de Jerjes. La confirmación del uso de suertes o
pur también ha apoyado la historicidad del
relato. La parte que la ironía juega en la
narración del autor explica algunos de los aspectos
"improbables" del libro.

¿Cuándo podría haberse escrito el
libro? No se hace ninguna referencia al mismo en otra literatura,
por eso ha de hacerse un juicio basado en la evidencia interna.
El tema y el frecuente uso de palabras persas en el heb. sugiere
una fecha durante el período persa, en algún tiempo
después del reinado de Jerjes, al que se refiere como si
estuviera en el pasado. El autor se preocupaba porque los
judíos no se olvidaran de su liberación de la
masacre que se hubiera extendido por todo el Imperio. He
allí la razón de este libro, que establece la
conmemoración anual de Purim, debidamente autorizada por
mandamiento real. Esto bien podría haberse necesitado a
principios del reinado de Artajerjes I, alrededor de
460–450 a. de J.C., después de la muerte de Jerjes.
El autor evidentemente tenía acceso a los anales de los
reyes persas (6:1; 10:2) y era un judío involucrado en los
asuntos del Estado en Persia y su imperio.

EL LUGAR DEL LIBRO EN LAS ESCRITURAS

En nuestras Biblias en castellano el libro de Est. sigue
a los libros de historia y añade su contribución a
la historia ilustrando la vida en el siglo V a. de J.C. entre los
judíos en el oeste de Asia. En los cánones hebreos
está entre los "Escritos", y generalmente es el
último de los "cinco rollos" que se refieren a las
fiestas. Est. es el texto de Purim, celebrada en el
duodécimo mes del año judío, y por lo tanto
la última. La popularidad de esta fiesta hizo que se
necesitaran muchas copias del libro, y las primeras traducciones
contienen una variedad de lecturas diferentes al heb. La LXX,
probablemente traducida ya en el siglo II a. de J.C., contiene
más de 100 versículos que no están en el
heb. Probablemente fueron añadidos para introducir un
énfasis religioso más obvio, y se pueden encontrar
como colección en los apócrifos.

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La maravillosa liberación de la muerte del pueblo
judío en los tiempos de Jerjes ha sido instrumental, a
través de la celebración anual de Purim, para
mantener viva la fe judía a través de muchas otras
persecuciones, aun hasta el presente día. La identidad
judía ha sido preservada entre las muchas otras culturas,
y ha sobrevivido a pesar del Holocausto. Dios no ha abandonado a
su pueblo antiguo, más bien continúa siendo
misericordioso con ellos. Sin embargo, su plan es salvar al
mundo, y los gentiles cristianos le deben su salvación al
pacto de Dios, iniciado con Abraham y cumplido en Cristo. El
libro de Est. debe generar un espíritu de gratitud en el
corazón del cristiano tanto como en el del judío, y
recordar a los cristianos de su deuda con los fieles
líderes judíos como Mardoqueo y Ester. Conforme los
cristianos vayan formando parte de los propósitos del
pueblo judío a la luz de sus sufrimientos pasados, y se
arrepientan de las crueles desavenencias y persecuciones de parte
de la iglesia cristiana en el pasado, es posible que se ganen el
derecho de encomendar a los judíos al
señorío de Jesucristo "quien es la cabeza de
todo principado y autoridad"
(Col. 2:10).

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1:1-22 El rey Jerjes destrona a la reina

2:1-18 Ester es escogida para ser reina

2:19-23 Mardoqueo descubre un complot

3:1-15 Amán trama contra los
judíos

4:1-17 Ester acepta interceder

5:1-8 Ester toma la iniciativa

5:9-14 Amán trama contra Mardoqueo

6:1-14 El rey honra a Mardoqueo

7:1-10 El rey manda colgar a Amán

8:1-17 El decreto de Amán trastrocado

9:1-19 Los judíos salen victoriosos

9:20-32 El origen de Purim

10:1-3 El éxito de Mardoqueo.

Bibliografía

Ching Meletz Joel Apuntes de los Libros
Históricos.

Carson, D.A.; France, R.T.; Motyer, J.A Wenham, G.J.,
Nuevo Comentario Biblico: Siglo Veintiuno, (El Paso, TX:
Casa Bautista de Publicaciones) 2000, c1999.

 

 

Autor:

Joel Ching Meletz

LICENCIADO Y MAGISTER EN
TEOLOGIA

DERECHOS RECERVADOS DE AUTOR

LA BELLA GUATEMALA JULIO DEL
2013

Partes: 1, 2
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